"... -Mentirosos, los hombres son todos unos mentirosos -me decía sentada al Steinway de cola, en el que sus dedos artríticos por la humedad tropical y la falda de ejercicio, se reencontraron con decenios de atraso con las composiciones de Ernesto Lecuona y Robert Schumann-. ¡Mentirosos y cochinos! Solo si estás dispuesta a soportar sus mentiras y cochinadas, cásate. De lo contrario, no lo hagas, Fabiana. Te habla la voz de la experiencia mi niña."
(Roberto Ampuero; Pasiones Griegas).